Por Florencia López-Boo.
No creo que haya mejor manera de garantizar que los niños se aburran y desconecten del aprendizaje que confinándolos al aula, inundándolos de reglas y de innumerables exámenes. Mis observaciones de campo en centros de cuidado infantil y en centros preescolares me han llevado a pensar que muchas veces los niños son tratados como corderitos en un corral en lugar de ser alentados a observar, explorar, pensar y desarrollarse libremente.
A veces uno escucha la expresión “¡qué niño salvaje!” cuando un niño no tiene una conducta ejemplar. Pero, ¿no crees que salvaje es lo que los niños deberían ser? Salvaje significa liberado de su cautiverio, no domesticado. Y es cierto que los niños que viven encerrados y rodeados de cemento no pueden escapar de su cautiverio.
El periodista George Monbiot publicó un artículo en el que habla justamente de esto. Resalta un estudio de investigadores de Kings College (Londres) quienes hicieron una revisión de la literatura y encontraron que los niños que pasan mayor cantidad de tiempo realizando actividades de aprendizaje al aire libre se desempeñan mejor en pruebas de lectura, matemáticas, ciencias y estudios sociales. Trabajar y/o estudiar en una huerta o un campo, mejoraría también la memoria a largo plazo. Decenas de estos artículos reportan una importante asociación positiva entre la atención de niños menores de 12 años y la exposición a la vida silvestre.
Siguiendo esta filosofía, la Wilderness Foundation (Fundación Vida Silvestre) del Reino Unido lleva a adolescentes con problemas de conducta a las montañas para trabajar con ellos en temas diversos. Una evaluación del programa encontró que el auto-control y la conducta de estos grupos mejoran tanto en el corto como en el largo plazo. Más importante aún, se encontró que el poder de observación y la intuición que ellos demostraron estando al aire libre era algo que no hubieran podido imaginar sus maestras de la escuela.
Esto me lleva a pensar que quizá el problema de los “chicos con problemas” es, en verdad, un problema del sistema educativo y que este sistema recompensa un conjunto muy limitado de habilidades que solo pueden ser observadas en un aula.
¿Por qué no impulsar una política educativa en la que todos los niños pasen por lo menos una semana en el campo cada semestre? ¿Por qué no incentivar que los niños desarrollen habilidades tales como la escalada en roca, las caminatas en cuevas y montañas o el uso de cuerdas para colgarse de un árbol a otro? La Casa Blanca acaba de lanzar la iniciativa “let’ s get every kid in a park” que intenta influenciar las políticas educativas que tienen que ver con este tema, brindando pases gratuitos a todos los parques nacionales de EEUU para los niños y niñas de 4to grado.
Quizás sumergirse, metafórica y literalmente, en el mundo natural ayude a los chicos a descubrir más sobre ellos mismos y sobre el mundo a su alrededor que tres meses de clases en un aula. ¿Qué clase de gobierno los privaría de esta experiencia? Cuéntanos cómo es el sistema educativo en tu comunidad en la sección de comentarios abajo o en Twitter.
Florencia López-Boo es economista senior en protección social en la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La situación educativa parece ser la misma en mi país. Los niños no sólo se ven confinados al aula sino también a una silla en donde se les obliga a pasar casi toda la mañana. Se están haciendo algunos esfuerzos por cambiar esto pero los cambios demorarán mucho aún.
Me parece importante, el contacto directo con la naturaleza. Contribuye a mejorar esa relación, a entender y comprender en mejor manera lo que se pretende enseñar. Al mismo tiempo la liberación de energía contribuye ya que estar encerrados en las 4 paredes y con un sistema de seguridad que existe en algunos sectores educativos puede ser negativo en el aprendizaje.
De acuerdo, recordemos que el primer espacio de aprendizaje del ser humano en su espacio natural, su casa, su comunidad; en esa perspectiva considero que no hay aprendizaje más significativo que aquello que lo vincule con su entorno, lo invita a observar, explorar, cuestionar, pensar. Es una forma inmejorable de desarrollar desde muy pequeños habilidades para la investigación, el pensamiento creativo y crítico, entre otras. Gracias por el artículo, muy bueno.
Gracias a ti, Katherine. Y me alegra que te haya gustado el artículo.
Ojala sigas visitando nuestro Blog!
Saludos,
Florencia
Como Psicóloga Clínica y Escritora, me invitan a dar conferencias en escuelas. Les comento que el preescolar es para despertar habilidades psicomotrices y socializar y veo que lo que más les interesa es la obediencia y que aprendan a leer y a escribir, no entienden que esas habilidades vienen después. En una ocasión la cita para la charla con los padres fue al finalizar el horario de clases de los niños. Cuando entré a la escuela, salieron los niños formados y con un brazo tomando el hombro del niño de adelante. La charla duró una hora cuando salí los niños continuaban parados en la misma posición que cuando llegué. Me pareció una falta de respeto y de ignorancia tanto de la escuela como de los padres que pagan una mensualidad para que domestiquen a sus hijos. Frecuentemente me traen niños a consulta por ser inquietos y se sienten rechazados, no encuentro patología alguna, simplemente el sistema tradicional no es el adecuado para el educando. Efectivamente estoy de acuerdo, las actividades en el campo dejan mucho aprendizaje, en varias ocasiones he caminado con mis nietos de 9 y 10 años y les pido que recojan semillas y luego las agrupan en conjuntos, además se cuelgan de los árboles y los abrazan, es una experiencia muy enriquecedora. http://www.rosachavez.com.mx
Es importante esta difusión de investigaciones y artículos que sustentan la necesidad de propuestas educativas en las cuales el aula es uno más de los espacios de trabajo, de ninguna manera el único.
De diversas maneras hemos tenido acceso a constataciones de que el trabajo al aire libre, tiene efectos positivos sobre los procesos de aprendizaje, sobre la memoria, la socialización, el desarrollo de valores y otros aspectos fundamentales para el desarrollo integral de niñas y niños.
En muchas ocasiones el sistema, -para este caso entendido como la ley, los reglamentos y disposiciones-, posibilita o -por lo menos- no impide esto; la mayor dificultad es romper los esquemas de formación y por lo tanto de gestión, de docentes, autoridades de centros educativos e incluso de padres y madres de familia, que ven a la educación sólo como sinónimo de disciplina, ordenamiento y cumplimiento de patrones sociales.
La verdadera educación puede y debe ser más lúdica y de descubrimientos propios.
Pues, mucho hay de cierto, hay que balancear, la educación debería ser complementaria, entre juegos, informaciones, deportes, y algún oficio de casa o miras a subir de nivel a cosas básicas necesarias de la casa.
Mis hijos en el balance los he metido a los Scout, y la verdad me ayudado muchísimo en el control de disciplina, deportes, condición física, liderato, amigos de calidad, valores, principios, guardar una promesa, comportamiento de caballeros, y importante servicio a comunidad y a su Nación, etc.
Y en el colegio teatro y deportes.
En El Salvador, después de décadas de reducir la educación a las materias básicas y a las habilidades elementales, tenemos un movimiento de transformar la educación mediante la “Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno” que busca justamente ampliar las oportunidades de aprendizaje y sacar lo más posible la instrucción exclusiva en las aulas, obviamente es un esfuerzo que durará años, incluir el arte, la cultura, la recreación, el deporte, la ciencia, la técnología y la investigación implica ampliar horarios, exteder la escuela, incorporar a las familias y la comunidad, como decimos frecuentemente: “Un elefante se come de a poquitos”.
Yo creo que este artículo debería llamarse “NIÑOS SILVESTRES”. Porque lo silvestre es aquello que crece y se desarrolla con naturalidad.
Abrazos.