En el contexto de la crisis provocada por el COVID-19, la comunidad internacional ha resaltado la importancia de que la transparencia, la integridad y la apertura sean principios rectores de la respuesta a la pandemia y de los esfuerzos de recuperación. La Oficina de Integridad Institucional (OII) del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (Grupo BID), hace un llamado a la sociedad civil y al público a ser parte de este esfuerzo. Este artículo proporciona información sobre los recursos disponibles y las medidas que pueden adoptarse.
Respuestas a crisis humanitarias pasadas han mostrado que el riesgo de que ocurra corrupción y otras prácticas prohibidas, aumenta cuando, con el fin de actuar de manera rápida, se pone una cantidad considerable de recursos a disposición de economías en las que se han flexibilizado los controles. Para apoyar la respuesta de América Latina y el Caribe a la pandemia del coronavirus y sus consecuencias económicas, los gobiernos y las instituciones financieras internacionales, incluyendo el Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (“Grupo BID”), movilizarán una cantidad significativa de recursos. Esta movilización de recursos irá acompañada de iniciativas para reducir al mínimo el tiempo de respuesta a solicitudes de financiación y su implementación.
¿Qué está en juego?
Por ejemplo, con el fin de agilizar la respuesta a la crisis, los procesos internos de control de compra de los organismos que adquieren los bienes pueden relajarse, y el uso de métodos de adquisición menos competitivos, se convierte en la norma. Estas acciones aumentan el riesgo de supervisión inadecuada, abuso de toma de decisiones discrecionales, o de que el sector privado pueda adoptar comportamientos especulativos para inflar los precios y los gastos. Además, la falta de supervisión sobre las compras y entregas de bienes y servicios producto de la disminución en los controles de los proveedores, aumenta el riesgo de que se suministren bienes de baja calidad o no se entreguen.
La corrupción reduce el impacto de las operaciones de ayuda inmediata, disminuye los recursos disponibles y la calidad de los bienes y servicios prestados, y desvía la ayuda de quienes más la necesitan. El Grupo BID considera que la lucha contra la corrupción es un imperativo para lograr el desarrollo en la región. La función central de la Oficina de Integridad Institucional (OII) es investigar el fraude, la corrupción y otras prácticas prohibidas y prevenir y mitigar el riesgo de integridad en las actividades financiadas por el Grupo BID.
La sociedad civil desempeña un papel fundamental en el proceso de rendición de cuentas, mediante el monitoreo del uso de los recursos y el reporte de presuntas prácticas prohibidas; especialmente, dadas las prioridades de gasto actuales, aquellas organizaciones que trabajen en el sector de salud o en la supervisión del gasto público.
¿Qué medidas pueden adoptar la sociedad civil y el público?
1. Compromiso proactivo con el uso de datos y plataformas abiertas
Las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) pueden utilizar los datos abiertos, publicados en los portales de adquisiciones para monitorear a quién se le adjudicaron los contratos, cuánto se pagó así como también las quejas de pacientes o proveedores de servicios médicos sobre la calidad o cantidad de los bienes entregados. Las OSCs también pueden contribuir a garantizar que los beneficiarios de las medidas de recuperación sean de hecho, los más que más las necesitan.
El BID está apoyando a los países en desarrollar plataformas para monitorear el uso de los recursos dirigidos como respuesta a la pandemia, vea por ejemplo la plataforma de MapaInversiones en Paraguay.
2. Promover el intercambio y la adopción de buenas prácticas de apertura en la recuperación y las respuestas
La información es necesaria para identificar, analizar y entender cualquier conjunto de principios. Cuanto más informados estemos sobre las buenas prácticas, más eficaces podremos ser a la hora de aplicarlas, y más confiados podremos estar en que podemos detectar posibles banderas rojas. Por ejemplo, la organización Open Government Partnership está armando una base de datos con ejemplos relacionados con prácticas abiertas de todo el mundo, para promover una respuesta y esfuerzos de recuperación abiertos, y también publicó un conjunto de recomendaciones para comprar de manera rápida, abierta e inteligente. Además, sugieren cinco estrategias de contratación abierta, mediante políticas, coordinación, datos, conocimientos de los proveedores y supervisión cívica.
3. Utilizar mecanismos de denuncia
OII anima a las OSCs a que, en el ejercicio de su función de monitoreo, trabajemos juntos para evitar que el fraude y la corrupción socaven los esfuerzos para ayudar a la región a superar la pandemia y salvar vidas. Si las OSCs u otras organizaciones o personas reportan a OII cualquier sospecha de fraude, corrupción o posibles irregularidades que detecten en las actividades financiadas por el Grupo BID, utilizando sus diferentes canales de denuncia, OII puede actuar. Puede investigar presuntas prácticas prohibidas y trabajar con sus colegas operacionales dentro del Grupo BID para implementar acciones de mitigación.
Trabajando juntos por la integridad
Al tiempo que se responde a la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 y sus efectos sociales y financieros, es fundamental promover la transparencia en todo el proceso. Todos tenemos un papel que desempeñar en la defensa de la integridad. Podemos aprovechar esta oportunidad para compartir aprendizajes, implementar buenas prácticas y colaborar en la ejecución efectiva de intervenciones para proteger, preservar y mejorar vidas.
Hago un llamado para que trabajemos juntos en asegurar que la respuesta a esta inusual crisis sea adecuada, eficaz y transparente.
Por Laura Profeta, Jefa de la Oficina de Integridad Institucional del Grupo BID
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