
En las últimas décadas, la frecuencia e intensidad de los desastres han aumentado, lo que plantea riesgos significativos para las áreas urbanas a nivel mundial. América Latina y el Caribe (LAC), región particularmente susceptible a estas calamidades, ha experimentado los impactos devastadores de huracanes, inundaciones, terremotos, calor extremo e incendios y otros eventos catastróficos. LAC es la segunda región más propensa a desastres en el mundo, con más de 1.500 eventos que han afectado a 190 millones de personas desde el año 2000 (OCHA, UNDRR, 2023). En 2024, experimentó 74 grandes desastres que afectaron a casi 7 millones de personas y causaron un daño económico estimado en US$10.000 millones (IDB, 2025).
Recientemente, una gran inundación en la ciudad de Bahía Blanca, Argentina, evidenció las terribles consecuencias de tales eventos. A medida que las áreas urbanas se expanden y las poblaciones crecen, la necesidad de implementar sistemas de alerta temprana multirriesgo (SATM) se vuelve crítica. Según la Organización Meteorológica Mundial, los SATM integran el conocimiento sobre riesgos de desastres, el seguimiento de peligros, el análisis, previsión, difusión de alertas y comunicaciones, así como actividades de preparación. Estos sistemas permiten a individuos, comunidades, gobiernos y empresas adoptar medidas preventivas para reducir el impacto de potenciales peligros en vidas humanas y en las actividades socioeconómicas antes de que ocurran.

Fuente: Organización Meteorológica Mundial
Los SATM se convierten figurativamente en un salvavidas al generar información esencial para preservar vidas y permitir a los ciudadanos, comunidades y empresas reanudar sus actividades socioeconómicas después de un desastre. Sin embargo, éstos por sí solos no pueden mitigar el daño potencial a las edificaciones e infraestructuras producidos por eventos catastróficos, ni proteger a la sociedad al reducir el impacto de los peligros como el caso de diques y rompeolas. La preparación ante desastres y las medidas de protección civil, en conjunto con una infraestructura resiliente, son imprescindibles. En otras palabras, los SATM no sustituyen a las inversiones en medidas estructurales de resiliencia, tales como los sistemas de gestión del agua para controlar las inundaciones, las redes de comunicación operacionales durante los huracanes, o de medidas no estructurales, por ejemplo, los códigos de construcción efectivos y las regulaciones de uso de suelo. Los SATM ofrecen ventajas y desafíos únicos que requieren una cuidadosa consideración en el contexto de la gestión de riesgo de desastres, integrada en el proceso de desarrollo territorial.
¿Por qué los SATM son tan relevantes?
Los SATM están diseñados para identificar y comunicar los riesgos vinculados a fenómenos naturales para tomar acciones preventivas. Una de sus principales ventajas es su capacidad para preservar vidas. Al proporcionar alertas oportunas, estos sistemas permiten a los residentes evacuar o tomar las acciones necesarias antes de que ocurra un desastre. Por ejemplo, un SATM de 24 horas de operación puede reducir pérdidas hasta un 30%. En áreas con alta cobertura, las tasas de mortalidad son significativamente más bajas que en aquellas con cobertura restringida o nula. Esto subraya la urgente necesidad de SATM efectivos en nuestras ciudades.
Los SATM también pueden reducir las pérdidas al permitir la rápida restauración de las actividades socioeconómicas después de un desastre, ya que estos pueden causar pérdidas económicas sustanciales, afectando la infraestructura urbana, los hogares y las actividades empresariales. Según la Comisión Global de Adaptación de la ONU, una inversión de US$800 millones en SATM en países en desarrollo podría prevenir pérdidas anuales de US$3.000 millones a US$16.000 millones, lo que evidencia los sustanciales beneficios financieros de estos sistemas.
Además, los SATM fomentan una cultura de preparación. Al monitorear regularmente potenciales peligros y difundir información precisa, estos sistemas permiten a las comunidades prepararse mejor y responder ante las crisis. Esto incluye la obtención de suministros para emergencias, planes de evacuación y personal capacitado listo para actuar. Más aún, los SATM pueden apoyar a las personas vulnerables, tales como mujeres, ancianos, niños, personas con discapacidades y poblaciones económicamente desfavorecidas, quienes suelen ser las más afectadas por los desastres. Al respecto, los SATM pueden proporcionar alertas y apoyo a estos grupos específicos, al asegurar que reciban asistencia oportuna. Este sentido de preparación empodera a las comunidades y les brinda mayor control frente a posibles calamidades.
Los Obstáculos más Importantes
A pesar de sus ventajas, la implementación de los SATM en las ciudades de ALC enfrenta varios obstáculos, particularmente las limitaciones de infraestructura dual. Por un lado, esto incluye la falta de redes de comunicación confiables, equipos de monitoreo meteorológico y herramientas de análisis de datos. Numerosas áreas urbanas carecen de la infraestructura necesaria para apoyar a los SATM más avanzados. Por otro lado, cuando lo anterior se combina con una infraestructura urbana deficiente, se transforma en una receta para mayores desastres. En Brasil, por ejemplo, algunas limitaciones de infraestructura urbana agravaron el impacto de las grandes inundaciones en Rio Grande do Sul en 2024. Construir y mantener dicha infraestructura requiere la inversión de recursos significativos, lo cual puede convertirse en una limitación para los municipios con finanzas restringidas. Un informe del BID sobre recomendaciones a corto plazo para Rio Grande do Sul incluyó la mejora de los SATM y otros sistemas de gestión de emergencias.
Asegurar el financiamiento para los SATM requiere de un esfuerzo extra y colaboración multipartita. Mientras que los organismos internacionales pueden proporcionar inversiones iniciales, tal como el recientemente lanzado Programa Regional del BID para la Resiliencia ante Desastres: “Preparados y Resilientes en las Américas”, los gobiernos deben mantener estos sistemas a largo plazo, requiriendo apoyo financiero continuo para mantenimiento, actualizaciones y capacitación. Desarrollar mecanismos de financiamiento innovadores, tales como asociaciones público-privadas, puede ayudar a abordar este desafío. Además, la efectividad de los SATM depende de la precisión y la actualidad de los datos que proporcionan. En muchas ciudades de ALC, la tecnología obsoleta y el acceso limitado a datos en tiempo real pueden comprometer la fiabilidad de las alertas. Invertir en tecnología moderna y mejorar la recopilación y el análisis de datos son pasos cruciales.
Además, los SATM exitosos requieren de la coordinación entre varios actores, incluidas agencias gubernamentales, servicios de emergencia y organizaciones comunitarias. Las ineficiencias burocráticas y las estructuras de gobernanza fragmentadas en muchas ciudades de ALC ofrecen oportunidades para mejorar y aumentar la coordinación. Para que los SATM sean efectivos, el público debe entender y confiar en las alertas que recibe. Esto destaca la importancia de campañas continuas de educación y concienciación para informar a los residentes sobre la importancia de los SATM y cómo responder a las alertas, considerando el contexto local y las necesidades particulares. Esto puede ser un desafío en regiones con bajas tasas de alfabetización o acceso limitado a la información, lo que lo convierte en otro paso crucial en la preparación para desastres.

Hacia Adelante
Para mejorar aún más la efectividad de los SATM, se recomiendan varias acciones críticas:
- Invertir en SATM junto a Infraestructura Resiliente y Verde. Los gobiernos y las organizaciones internacionales deben priorizar las inversiones en la infraestructura necesaria para apoyar los SATM. Esto incluye la actualización de redes de comunicación críticas para la difusión de alertas, la instalación de equipos de monitoreo modernos para una previsión precisa y el desarrollo de capacidades de análisis de datos para una evaluación rápida y confiable del riesgo. Además, mejorar la infraestructura gris existente y los sistemas de gestión del agua puede ayudar a reducir el impacto potencial de las inundaciones. Cumplir con los códigos de construcción actualizados y las regulaciones de uso de suelo puede asegurar la resiliencia de las nuevas estructuras. Crear espacios verdes adicionales e implementar soluciones basadas en la naturaleza puede servir como amortiguadores naturales contra desastres. Por ejemplo, los bosques de manglares protegen aproximadamente a 18 millones de personas en todo el mundo de las inundaciones costeras cada año, resultando en más de $80 mil millones en pérdidas evitadas.
- Asegurar Financiamiento Sostenible y Aprovechar la Tecnología. Desarrollar mecanismos de financiamiento innovadores y asociaciones público-privadas puede ayudar a asegurar los recursos financieros necesarios para mantener los SATM. Estas asociaciones pueden aportar experiencia y recursos del sector privado, reduciendo la carga sobre los gastos públicos. Los gobiernos también deben explorar oportunidades de financiamiento y apoyo internacional. En los últimos años, el BID ha proporcionado apoyo técnico y financiero para fortalecer los SATM en ALC en Ecuador, Paraguay y Perú. Invertir en tecnología moderna y mejorar las capacidades de recopilación y análisis de datos es crucial. Esto incluye adoptar modelos de previsión avanzados, integrar imágenes satelitales y utilizar inteligencia artificial para mejorar la precisión de las predicciones.
- Fortalecer la Coordinación y la Concienciación. Establecer estructuras de gobernanza claras y fomentar la colaboración entre los actores es esencial. Esto incluye crear agencias dedicadas o grupos de trabajo para supervisar los SATM y asegurar que todas las partes relevantes estén involucradas en los esfuerzos de planificación y respuesta. En Trinidad y Tobago, un comité nacional multisectorial facilita las asociaciones entre el sector público, privado y la sociedad civil. Con el apoyo del BID, este país del Caribe está mejorando su capacidad para implementar un SATM. Sin embargo, su efectividad también depende de la comprensión y confianza del público. Las campañas regulares son cruciales en este sentido. Esto incluye utilizar varios canales de medios para difundir información y realizar simulacros y sesiones de capacitación regulares adaptadas a los contextos y necesidades locales. La participación comunitaria no es solo un lujo, sino una necesidad para su efectividad. En otras palabras, los SATM deben estar “centrados en las personas.”
Conclusión
Los SATM son herramientas vitales para proteger a las poblaciones urbanas, especialmente a las más vulnerables. Aunque los desafíos son significativos, los beneficios de estos sistemas son innegables. Al invertir en infraestructura, fortalecer la coordinación, mejorar la educación pública, asegurar financiamiento sostenible y aprovechar la tecnología, ALC puede construir ciudades y comunidades resilientes capaces de soportar los impactos de los desastres naturales. A medida que avanzamos, debemos continuar priorizando y apoyando el desarrollo de estos sistemas que salvan vidas.
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