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Hay momentos en los que todo lo que necesita es un pequeño empujón. Hoy en día, nadie en su sano juicio podría criticar el reciclaje de la basura. Sin embargo, esta no es una práctica común, al menos no en América Latina y el Caribe.
De acuerdo con una investigación llevada a cabo en Brasil, aunque el 98% de la gente considera el reciclaje como una actividad importante o muy importante para el medio ambiente, sólo el 26% lo practica con regularidad.
En João Pessoa la situación no es diferente. De acuerdo con la encuesta de opinión pública realizada por la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) en la ciudad, más del 97% de las personas reconocen la importancia del reciclaje. Pero mientras que el 49,4% alega que clasifica su basura para el reciclaje, cuando se les preguntó acerca de los hábitos de reciclaje de sus vecinos, sólo el 18,6% cree que los demás habitantes de su barrio separa la basura.
Con esto en mente, la ciudad de João Pessoa decidió darle una mano a los residentes. Desde mayo de 2013, una empresa pública que se encarga de la gestión de residuos en el municipio puso en marcha el programa “Limpinho 3R”. Este programa ofrece a los ciudadanos una tarjeta que les permite acumular puntos y cambiarlos por bienes y servicios como cortes de pelo, lavado de autos, cortadoras de césped, e incluso alquiler de autos. Hasta ahora, el programa ha tenido éxito, triplicando la cantidad de residuos reciclados en sus primeros seis meses de operación.
Durante su fase piloto, el programa cubrió tres de los seis núcleos de recolección selectiva de residuos de la ciudad: Bessa, Jardin Cidade Universitária y Mangabeira. Tan sólo el centro de la ciudad Bessa logró un aumento promedio de 25 a 92 toneladas de materiales reciclables al mes.
Además de contribuir al aumento de la cantidad de basura reciclada, programa Limpinho 3R también busca involucrar a la comunidad de recolectores de basura en la ciudad. En lugar de marginarlos centralizando los servicios en manos de la empresa de limpieza urbana, la ciudad los convirtió en agentes ambientales que movilizan a los residentes y transportan los materiales reciclables a los puntos de recogida.
Con esto, los coleccionistas obtienen ingresos promedio de R $ 600,00 (USD $ 235.55) alcanzando picos de hasta R $ 1.500,00 (USD$ 588.88) a cambio de los residuos recogidos y transportados. Por otra parte, a diferencia de otras iniciativas de reciclaje en otras partes del mundo tales como RecycleBank (EE.UU.) y CitéGreen (Francia), el sistema de puntos del programa incentiva a las cadenas de valor locales para que solo se permita el intercambio de mercancías dentro la ciudad.
El programa, que ya puede considerarse un éxito, está ganando cada vez más popularidad. Parte de ello se debe a la mascota de la campaña, el Sr. da Silva Limpinho, un personaje creado por la ciudad que genera inmensa simpatía, especialmente con los niños. Esto facilita a las familias el fomentar la separación de residuos desde la infancia.
Con el éxito del personaje, la ciudad también creó el “Now, Limpinho!” un app, que permite a los ciudadanos informar a la empresa de limpieza pública sobre la basura que queda sin recoger a través de fotos tomadas con sus teléfonos celulares. A pesar de que el tiempo de respuesta es todavía largo (promedio de dos días), la iniciativa refuerza el papel de los ciudadanos como actores y socios en la limpieza urbana de la ciudad.
Este es un buen ejemplo de cómo soluciones sencillas y creativas pueden ayudar a mejorar los servicios y a involucrar a los ciudadanos en la mejora de su ciudad. ¿Será éste el impulso que hace falta para fomentar el reciclaje?
Marcelo Faccina es Consultor de ICES en la representación del BID en Brasil
Esta entrada fue publicada originalmente en el blog Ideação el 9 de enero de 2014. Lee el blog aquí
Lee el plan de acción de João Pessoa aquí
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