En América Latina, el encanto que tenemos por las ciudades viene del equilibrio entre la percepción de orden pero también de bullicio, desorden y caos que particularmente tienen las ciudades de nuestro hemisferio. Cuando el paisaje urbano es muy controlado y normativo en exceso, puede resultar predecible y hasta aburrido.
Al explorar las ciudades siempre estamos a la expectativa de descubrir y deambular por tal complejidad pero sin asumir riesgos que menoscaben la propia seguridad. Nuestro entorno inmediato siempre puede ser objeto de ser redescubierto y explorado con nuevos ojos. Es la misma relación con los viajes, donde se descubren y conocen nuevos lugares ya sea caminando, visitando los barrios y zonas comerciales más atractivas, utilizando el transporte público o mezclándose entre las celebraciones y hábitos más cotidianos. Poder perderse y deambular por la ciudad permite que existan elementos de sorpresa, vayamos armando los mapas mentales del territorio pero también disfrutando de la experiencia y el valor de disfrutar la ciudad.
Sin embargo, vivimos en ciudades donde tenemos una opinión de los edificios muy vaga, con poco conocimiento sobre su función, uso, inquilinos o la razón de su existencia. Es fascinante la función de la arquitectura como complemento de los entonos urbanos. Recuerdo una película de Woody Allen, “Hannah and her Sisters,” donde el protagonista, después de conocer en una fiesta a dos atractivas damas, las invita a dar un paseo por la ciudad y les muestra sus edificios favoritos de la desde un taxi. Es una de las escenas más preciosas de la película, que nos demuestra cómo la arquitectura es un vehículo muy importante al momento de crear ciudad. Los conjuntos arquitectónicos en casos como Antigua en Guatemala, Buenos Aires, Cartagena o La Habana, son ejemplo de la atracción que generan los edificios, ayudando a crear identidad con la ciudad y a promover el turismo.
Edificio de estilo Hispanicista (Spanish Revival) en la Calle 17, Santa Ana, Ciudad de Panamá. Foto: Carlos Fitzgerald
Con ese objetivo en mente y bajo el paraguas de la Dirección de Planificación Urbana del Municipio de Panamá, nos lanzamos a organizar unas caminatas bajo la marca Jane’s Walk, una serie de recorridos urbanos gratuitos que tienen lugar en cientos de ciudades del mundo, inspirados por las ideas de la periodista y urbanista Jane Jacobs. En cada ciudad, se invita a historiadores, arquitectos o miembros de la comunidad con conocimiento de las zonas para que cuenten su historia.
Los arquitectos Patrick Dillon, Eduardo Tejeira y Álvaro Uribe, líderes de la caminata Jane´s Walk de Avenida de los Mártires en el Parque Remón Cantera, listos para empezar a explorar Calle Estudiante en Santa Ana. Foto: Carlos Fitzgerald
Para una ciudad como Panamá que está tan fuertemente arraigada en el uso del automóvil individual, donde existen grandes rascacielos pero donde no se puede caminar pues las aceras están deterioradas y el espacio público es escaso e invadido, poner a caminar al ciudadano por sus calles además de valorar la diversidad de edificios nuevos y viejos es un discurso muy potente que se quiere lograr a partir de las caminatas. Pero lo más bonito es la reconstrucción de un imaginario de la ciudad que se hace de forma conjunta con la comunidad.
En Panamá hemos realizado dos caminatas Jane’s Walk, ambas en un barrio muy deteriorado pero con una extraordinaria diversidad y vida urbana: Santa Ana. Este barrio se caracteriza por tener manzanas cortas y sombreadas, diversidad estilística de edificios históricos, variedad de usos y también una oportunidad desde donde la ciudad contempor ánea tiene potencial para reinventarse. La primera caminata fue en la Avenida Central, una calle comercial peatonalizada a inicios de los años 90’s pero que ha perdido fuerza gradualmente por el arribo de los centros comerciales. La segunda caminata fue en la Avenida de los Mártires donde queríamos llevar al público a explorar los antiguos límites de la Zona del Canal, un territorio limítrofe de grandes intercambios socioculturales y económicos entre la Ciudad de Panamá y ese otro territorio enclavado con una dinámica y cultura distinta.
Una de las grandes satisfacciones de la actividad ha sido llevar a los ciudadanos a zonas de la ciudad que por lo general nunca visitan ante la percepción—no siempre acertada—de que son áreas peligrosas e inseguras. Al conformarse un grupo numeroso y ser una actividad pública, el barrio recibe visitas de otros miembros de la ciudad donde aprenden el modelo urbanístico de la ciudad tradicional. Más allá de un paseo turístico y recreativo es un ejercicio crítico a través de la historia en el lugar de los hechos para cuestionarse acerca de los espacios públicos o la urbanización de la ciudad, incluyendo los componentes sociales.
Eduardo Tejeira (arquitecto e historiador de la Universidad de Panamá) comenta el entorno de la Plaza 5 de mayo, antesala al Conjunto Monumental del Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá. Foto: Carlos Fitzgerald
La próxima caminata será en Plaza Amador y terminará en los Cementerios Históricos donde en su perímetro se construyeron edificios enormes de Renovación Urbana, hoy muy deteriorados y con presencia de algunas bandas. Es gratificante ver que existe mucho respaldo y entusiasmo de la comunidad en participar y apoyar a esta actividad que invita a los panameños a seguir redescubriendo las calles de su ciudad. Esperamos que con el tiempo cualquier ciudadano que tenga conocimiento de su entorno pueda organizar las caminatas en su barrio y la iniciativa pueda multiplicarse.
Carlos Eduardo Rodríguez trabaja en una variedad de proyectos de diseño urbano, investigación y gestión territorial en la Dirección de Planificación Urbana de la Alcaldía de Panamá. Anterior a eso completó estudios de diseño urbano en City University of New York (CUNY) y arquitectura en la Universidad de Panamá. Ha trabajado previamente como pasante en oficinas de arquitectura en Panamá y Estados Unidos. En el año 2013, formó parte de la exhibición Jóvenes Arquitectos de Panamá (JAP). Otros intereses incluyen la participación en proyectos artísticos y editoriales como la Bienal de Arte de Panamá (2008) y Panamá: Guía de Arquitectura y del Paisaje (2007).
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