Muchas ciudades de América Latina y el Caribe se enfrentan regularmente a desastres causados por fenómenos naturales como inundaciones, terremotos, tsunamis, etc, los cuales cobran vidas humanas y causan daños económicos importantísimos. Según AFP, se calcula que en 2015 hubo 23,000 víctimas mortales de desastres naturales en el mundo, 3 veces más que en 2014. El costo económico causado por estas catástrofes fue de aproximadamente 90,000 millones de dólares, pero ya que la media de las últimas tres décadas fue de 130,000 millones de dólares al año, el 2015 puede considerarse un ‘buen año’.
Fuente: Mario Fornasari
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) trabaja con los países de América Latina y el Caribe para mejorar la prevención y la recuperación de los países que han sido impactados por un desastre natural, a través de formación técnica y de programas para la reactivación económica.
El Programa de Ciudades Emergentes y Sostenibles de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano y el Sector de Conocimiento y Aprendizaje del BID, de la mano con el Laboratorio de Innovación de Quito (LINQ) y el Municipio de Quito (MDMQ), trabajaron conjuntamente para diseñar formas en las que la tecnología y los datos abiertos pudieran facilitar el contacto entre los ciudadanos y los gobiernos para fortalecer la prevención y recuperación ante desastres naturales. El año pasado, se llevó a cabo en Quito el Hackaton de Ciudades Resilientes que tenía como objetivo generar una discusión abierta entre ciudadanos, expertos y funcionarios públicos para encontrar posibles soluciones en los temas de mitigación de riesgos y resiliencia, identificados como prioritarios por el MDMQ y el BID. Esta fue una oportunidad de colaboración multisectorial con participantes ciudadanos, del municipio, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil a fin de generar respuestas a tres grandes retos:
1.Cómo prevenir y alertar sobre desastres naturales
La prevención de riesgos y los sistemas de alertas tempranas (SATs) son herramientas fundamentales para minimizar las pérdidas causadas por desastres naturales. Los ciudadanos y el personal técnico deben saber cómo actuar antes, durante y después de estas posibles emergencias y cómo coordinarse para ser más efectivos en los momentos de mayor urgencia. Las nuevas tecnologías ofrecen numerosas ventajas en este campo porque permiten conectar a personas e instituciones y coordinar mensajes institucionales. Pero ¿cómo conseguir que sean efectivos?
Para este desafío se buscaron soluciones que permitieran mejorar la coordinación entre agencias gubernamentales, servicios de emergencias y organizaciones humanitarias, como las fuerzas militares, el Gobierno Nacional, los gobiernos municipales, ECU911, el Instituto Geofísico y la Cruz Roja para el envío de alertas a la población mediante diferentes medios como internet, teléfono móvil, radio y televisión.
Terremoto de Chile de 2010. Foto: Osmar Valdebenito
2. Cómo mapear incidencias y generar escenarios de vulnerabilidad
La obtención de datos específicos en las ciudades, es una pieza fundamental en la gestión de un desastre natural. Los datos permiten entender los riesgos a los que se expone la población y facilitan la toma de decisiones estratégicas con anticipación. Además, en el momento del desastre natural, los datos georreferenciados permiten tomar decisiones importantes sobre el tipo de ayuda que necesitan los afectados y la manera más eficiente de hacérsela llegar.
Durante abril de 2016, los ejercicios de mapeo colectivo desarrollados en Ecuador demostraron cómo la tecnología de los teléfonos móviles permite georreferenciar incidencias que, posteriormente, los servicios de emergencia pueden interpretar. En este reto se buscaron soluciones que permitieran obtener datos importantes para la gestión de riesgos y convertirlos en información útil para los servicios de emergencia.
3. Cómo facilitar la reactivación económica de zonas afectadas
Los desastres naturales están ligados a débiles procesos de desarrollo y, en muchos casos, pueden ser evitados. Los afectados muchas veces pierden su vivienda y medios de trabajo y quedan en una situación de extrema vulnerabilidad. La reactivación económica de las zonas afectadas es fundamental para reducir la vulnerabilidad de la población. La tecnología de nuestros móviles puede ayudar a muchas personas a mantenerse informadas sobre los trabajos de reparación y encontrar oportunidades laborales que les permitan retomar su actividad habitual. En este reto se buscaron soluciones que permitieran hacer diagnósticos sobre las consecuencias de los desastres naturales y conectar a las administraciones públicas con los ciudadanos.
Puedes encontrar más información sobre resiliencia en ciudades y cómo éstas pueden estar mejor preparadas ante desastres naturales consultando nuestra publicación A Blue Urban Agenda aquí.
HORACIO NUÑEZ dice
Al parecer perciste un problema conceptual, los desastres NO SON NATURALES!, esto puede ser contraproducente para la comprencion del problea y sus causas; dado que nuestro objetivo debiera ser la reduccion de nuestra vulnerabilidad frente a peligros de origen natural o generados por la actidad humana; seria recomendable hacer la precision y aclarar los conceptos!