Boca del río Manzanares, Cumaná- Venezuela. Sobrevuelo drone agosto 2015, por Ramón Zamora
Mientras el debate sobre el futuro de los drones—aeronaves no tripuladas y comandadas a distancia—comerciales se centra en la reglamentación de su utilización y cómo esto puede volver más complejo el uso del espacio aéreo principalmente en las ciudades, hay gran cantidad de innovadores, ingenieros, profesionales pensando en el potencial de estos instrumentos en infinidad de campos que podrían beneficiar el futuro de la humanidad.
En 2014 se hizo la primera versión de “Drones for Good” un concurso de ideas y experiencias sobre cómo utilizar estos instrumentos para mejorar la calidad de vida, convocado por Los Emiratos Árabes. Se presentaron cerca de 800 proyectos de 57 países en diversidad de temas. Los más destacados fueron, entre otros, el apoyo a la extinción de incendios y la agilización en la respuesta haciéndola más eficiente en situaciones de desastre al dar información rápida y directa para la toma de decisiones críticas; en el campo de la medicina sobresale el transporte de equipo y drogas para atender urgencias; en los procesos de reforestación la identificación de forma selectiva de áreas deforestadas.
Peter Diamandis de Forbes destaca el uso dado a los drones comerciales en temas como la detección de enfermedades en los cultivos; el monitoreo de los ductos de conducción de combustibles; la transmisión de noticias de forma directa en el lugar; la fotografía en áreas de difícil acceso; la entrega de mercancías; la aplicación de la ley en situaciones de seguridad pública; la amenaza de bombas; la vigilancia de fronteras, etc., y finalmente su uso como un sofisticado juguete. A pesar de esta amplia gama de posibilidades solo se menciona un área cercana a la gestión urbana: el monitoreo a procesos de construcción. Esto nos permite pensar que estamos ante un campo aún por explorar para nuestro sector.
Si hacemos una búsqueda específica sobre el tema encontramos que se menciona la utilización de drones en el estudio y análisis del territorio como apoyo a los procesos de planificación y de zonificación urbana y el más obvio de todos, los registros fotográficos. Fue este uso en el que precisamente incursionamos como parte del proceso de aplicación de la metodología ICES, del BID en Cumaná, Venezuela, la cual tiene como objeto hacer un diagnóstico rápido, integral y multidimensional de la situación de la ciudad con relación a su sostenibilidad y la calidad de vida de sus ciudadanos.
Con la idea de tener el mejor registro de las áreas claves donde se anticipan las principales intervenciones futuras de la ciudad, se tomaron una serie de registros fotográficos y fílmicos en coordinación con las autoridades locales a través del uso de un drone. El resultado es un material excelente, nunca antes visto para esta ciudad y en general para ciudades intermedias de la región:
https://vimeo.com/136766801
Sin embargo, lo más importante al hacer esta incursión sobre el territorio fue haber abierto una ventana a posibilidades que no habíamos visto, algunas de ellas ya enunciadas y experimentadas por equipos en otras latitudes y otras que pueden ser novedosas pero sobre todo prácticas para la gestión urbana principalmente de ciudades medianas y pequeñas con recursos limitados y poca innovación tecnológica. El drone es una ayuda potente para infinidad de tareas que los gobiernos locales pueden utilizar.
Dentro de la posible utilización de estos equipos que en primera instancia se puede dar en la gestión urbana están:
- Actualización de fichas catastrales para la eficiente gestión urbana
La mayoría de la información que hoy todavía se utiliza para la planificación urbana proviene de los vuelos periódicos (cada 5 a 10 años) que se realizan para generar las fotos aéreas que luego son restituidas y terminan en la cartografía que manejan las ciudades. Esto es costoso, toma tiempo significa trabajar con material desactualizado, mientras las ciudades crecen sin parar. En la actualidad existen satélites que han revolucionado el conocimiento de la tierra con imágenes detalladas de cualquier rincón, hoy disponibles en el web; sin embargo obtener esta información sigue siendo costoso y difícil para áreas específicas en el momento en que se requieren.
Con el fin de no depender de satélites costosos y de poder contar con información actualizada permanentemente se están creando nuevas opciones. Will Marshall de “Planet Lab” y su equipo han creado satélites rápidos, livianos, pequeños y de bajo costo, que producen imágenes del planeta en alta resolución y que se actualizan diariamente; para el 2105 estos anunciaron el mayor número de satélites jamás enviado al espacio (100 de sus llamados ¨Doves¨). Este tipo de soluciones acercan la posibilidad de que ciudades intermedias y pequeñas de la región empiecen a pensar en su utilización, y después de nuestra experiencia en Cumaná hemos encontrado que la solución está más cerca de lo que creemos.
- Actualización y verificación de información urbana – Gestión de centros históricos
Los drones tienen claras posibilidades de ser utilizados por parte de los gobiernos locales para el análisis físico y espacial de sitios y el registro e inventario de zonas y edificaciones patrimoniales y de valor histórico. Para el caso de Cumaná, vimos que la actualización del catastro de 40 hectáreas correspondientes al perímetro declarado como centro histórico tomó a la alcaldía alrededor de 4 meses de trabajo en campo, con un personal de 10 personas dedicadas con exclusividad a esta tarea. Con el sobrevuelo de 20 minutos realizado sobre la misma zona con un drone, se pudieron detectar las modificaciones de la estructura predial, nuevas construcciones iniciadas en este año en los sectores históricos y la pérdida de algunas especies vegetales de la zona afectando espacios públicos y privados como se ve en las imágenes.
Manzanas del Centro Histórico de Cumaná (Venezuela)
Imagen izquierda: sobrevuelo drone agosto 2015 por Ramón Zamora. Imagen derecha: aerofotografía 2013 – IGVSB
Imagen izquierda: sobrevuelo drone agosto 2015 por Ramón Zamora. Imagen derecha: aerofotografía 2013 – IGVSB
- Seguimiento y control de áreas de reservas naturales
Una de las grandes oportunidades de la ciudad de Cumaná es rescatar y disfrutar sus recursos ambientales y paisajísticos. La ciudad cuenta con dos grandes reservas que hemos inventariado con registros fotográficos y el apoyo de un drone para ver su estado con detalle y precisión. Este material nos ha permitido compararlo con el material existente para el caso de la reserva natural de Punta Delgada y el aliviadero del río Manzanares, donde parte de su área ha sido ocupada por vivienda y zonas de producción, consumiendo parte de la reserva (ver imágenes comparativas entre el 2010, 2013 y sobrevuelo dron 2015).
Una de las metas del plan que se desarrolla para Cumaná es que estas zonas se protejan no solo mediante la promulgación de normas, sino también mediante acciones específicas tales como su recuperación ambiental, su delimitación, y su uso por parte de la población, de tal forma que empiecen a ser apropiadas y cuidadas por los ciudadanos. Sin embargo nos preguntamos cómo es posible mantener el control permanente sobre estos límites y creemos que es aquí donde la utilización de un drone es apropiada e importante; esto ayudaría por su bajo costo a obtener este objetivo.
Reserva Natural Punta Delgada – aliviadero río Manzanares. Cumaná – Venezuela
Imágenes de la izquierda, sobrevuelo dron, agosto 2015, por Ramón Zamora
- Gestión de zonas con valor ambiental a través de la identificación y caracterización de unidades ambientales de especial valor
Tal es el caso de las lagunas cercanas al antiguo aeropuerto con áreas de muy diversa utilización, cada vez más ocupadas por construcciones residenciales y otros usos. Hacer el levantamiento de esta situación físicamente es muy difícil por tiempo, costos e inaccesibilidad a los lugares. El monitoreo rutinario a áreas en riesgo de desastre y el seguimiento a sus límites y su transformación natural o por acción del hombre facilitaría su mantenimiento.
Zona del antiguo aeropuerto de Cumaná
Imagen inferior: aerofotografía 2013 – IGVSB. Imágenes parte superior: sobrevuelo drone agosto 2015, por Ramón Zamora
- Control de procesos de reasentamiento de población generados por obras públicas de infraestructura o procesos de mejoramiento de asentamientos urbanos
Para el caso de Cumaná hemos revisado la desembocadura del río Manzanares, allí identificamos en sus márgenes la urbanización de parcelas–las cuales antes de 2013 no estaban ocupadas–con construcciones precarias y sin la oferta de servicios básicos de infraestructura.
Uno de los retos más difíciles que se tiene cuando se hacen proyectos urbanos que involucran el reasentamiento de familias es controlar los límites existentes de las zonas al inicio o al anuncio de los proyectos, en el caso de programas de mejoramiento de barrios o favelas. Hoy este control se realiza haciendo visitas presenciales y un censo del número de familias asentadas, en el día uno del proyecto, y solo en el momento de iniciar obras se realiza el chequeo de la información original, lo que puede tardar hasta un año o más. Lo más usual es que al hacer esta verificación las cosas hayan cambiado considerablemente: los límites del proyecto ya no son los originales, el número de viviendas se ha aumentado y en consecuencia el número de familias beneficiarias del proyecto incrementando los costos de la ejecución de los proyectos, la complejidad.
Desembocadura del río Manzanares – Cumaná (VE). Conformación de asentamientos informales.
Imagen inferior: aerofotografía Cumaná 2013 – IGVSB. Imágenes superiores: sobrevuelo con un dron, agosto 2015, por Ramón Zamora.
Un mundo por explorar
La utilización de drones en tareas de planificación y control del territorio puede darse con la tecnología actual disponible en el mercado a bajo costo (un drone de complejidad media pueda costar alrededor de $1.200 dólares). Seguramente en el futuro cercano drones programados de forma específica para estas tareas podrán hacerlo mejor y más eficientemente. Sin embargo, hoy es posible avanzar de forma concreta y ayudar a las ciudades a mejorar sus procesos de gestión urbana. Los anteriores acercamientos son solo la punta del iceberg. Hay un mundo por explorar y la factibilidad de su uso está siendo comprobada por nosotros en ciudades intermedias, con un costo bajo y con grandes impactos para el desarrollo sostenible de nuestras ciudades.
Patricia Torres se desempeña como Asesora Operativa Senior Departamento del Grupo de Países Andinos en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desde el año 2000. Previamente fue Especialista Líder de Vivienda y Desarrollo Urbano en la misma institución y fue parte del equipo de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles siendo responsable del diseño e implementación de la misma. Anteriormente la Sra. Torres se desempeñó como Viceministra de Vivienda y Desarrollo Urbano en Colombia (1997-1998), fue creadora y gerente de la primera red de bibliotecas públicas de Bogotá (1998-1999) y presidente nacional del gremio de arquitectos de Colombia (1996-1997), entre otras actividades. Patricia Torres posee una Maestría en Planeamiento de Ciudades y Diseño Urbano y una Maestría en Arquitectura de la Universidad de Pennsylvania y es Bachiller en Arquitectura de la Universidad Nacional De Colombia.
Ramón Zamora trabaja en la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington DC. Previamente trabajó en el Instituto Valenciano de la Exportación en New York, y en el estudio David Chipperfield Architects en Berlin. Realizó sus estudios de arquitectura en UPV Valencia, TU Berlin, y Diego Portales en Santiago de Chile. Después completó dos Master Universitarios en la UC Valencia, y actualmente escribe su PhD sobre movilidad sostenible en Ciudades, cubriendo diversos temas como competitividad, equidad urbana, empoderamiento de las comunidades e inclusión social.
Diego Arcia forma parte del equipo coordinador de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) en Washington, DC. Anteriormente, se desempeñó como asesor en desarrollo urbano y vivienda en la Financiera de Desarrollo Territorial (FINDETER). Durante 4 años trabajó como consultor del BID en Colombia en temas de desarrollo urbano y vivienda. Previamente trabajó como asesor en el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial de Colombia, en temas de desarrollo urbano y programas de renovación urbana. Diego es arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia y cuenta con una especialización en Diseño Urbano de la misma universidad.
Interesante artículo para llamar la atención sobre la capacidad de adaptar instrumentos y proyectos al cambio, clave en un futuro donde especialmente hablando de sostenibilidad (equilibrio) un proyecto o un instrumento de reglamentación no son objetos si no PROCESOS. Crece exponencialmente la responsabilidad de los profesionales para garantizar el mantenimiento de sus propuestas y la flexibilidad de las mismas con el más estricto límite de la conservación del patrimonio. Drones si, y pies en la tierra también!
Me encantaria ver un articulo sobre la utilizacion de drones en la gestion integral de riesgo.