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La construcción de viviendas sostenibles, capaces de adaptarse a los efectos del cambio climático, no es una opción, sino una necesidad. Sin embargo, la producción de este tipo de vivienda requiere de un compromiso firme, contundente y conjunto, tanto del sector público como del privado.
En el blog de hoy, que forma parte de una serie sobre la situación del sector de la vivienda en América Latina y el Caribe (ALC), abordamos la importancia de contar con un ecosistema que exija, permita e incentive la construcción de hogares sostenibles en nuestra región. Los subsidios, las hipotecas verdes o los beneficios fiscales son solo algunos ejemplos de las formas en las que se puede incentivar la construcción de este tipo de vivienda. ¡Continúa leyendo para no perderte ningún detalle!
Viviendas para el siglo XXI: sostenibles y resilientes al cambio climático
Somos una de las regiones más urbanizadas del planeta, con un 82% de sus habitantes viviendo en las ciudades. El nivel de urbanización podría aumentar al 86% de aquí a 2050). Ese proceso de urbanización, acelerado durante la segunda mitad del siglo XX, ha llevado consigo la concentración demográfica en grandes centros metropolitanos, dejando a un significativo porcentaje de los residentes viviendo en áreas periféricas y de alto riesgo. De hecho, al menos el 21% de la población urbana de la región (120 millones de personas) vive en asentamientos informales, los cuales son los más susceptibles a sufrir los efectos devastadores del cambio climático.
Lamentablemente, ALC es considerada como la segunda región del mundo más expuesta a desastres naturales. Entre 1998 y 2020, los eventos geofísicos afectaron a 277 millones de personas. Por eso, invertir en vivienda sostenible, resiliente, capaz de resistir y adaptarse a las condiciones adversas del cambio climático, no es solo una oportunidad, sino una necesidad.
¿Cómo construir un ecosistema que favorezca la creación de vivienda sostenible?
La producción de vivienda sostenible requiere de un ecosistema que así lo exija, lo permita y lo incentive. La construcción de este ecosistema debe ser el resultado del apoyo de actores, tanto del sector público como privado, y de la sociedad civil. Algunos de ellos son:
- Los organismos públicos de vivienda a nivel nacional, regional y local
- Las entidades financieras
- Los constructores y promotores de vivienda
- La sociedad civil y la comunidad internacional
El objetivo del ecosistema es lograr la alineación de intereses diferentes en torno a un mismo resultado: la producción de vivienda sostenible y el disfrute de los beneficios “individuales y colectivos” que de ella se derivan (Figura 1).
Figura 1. Beneficios de la construcción de vivienda sostenible

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El rol del sector público en la generación de incentivos a la construcción de vivienda sostenible
En general, los beneficios de construcción de vivienda sostenible están alineados con los objetivos ambientales de mediano y largo plazo de los países, ratificados muchas veces por convenios internacionales. De ahí que la iniciativa para la construcción de un ecosistema que promueva la producción de vivienda sostenible depende, en buena medida, del sector público.
Sobre el sector público recae la formulación de una política de construcción sostenible, consistente en el diseño y adopción de unos estándares mínimos exigibles por tipo de edificación. Por ejemplo: diferenciando vivienda social de otro tipo de edificaciones. Estas políticas también deben tener en cuenta las características propias del entorno del país, en función de zonas bioclimáticas y la definición de ahorros “razonables” en función de las condiciones propias de los mercados, entre otros factores.
¿Qué tipo de incentivos debe aportar el sector privado?
La sola iniciativa del sector público no es suficiente (ver Figura 2). Se requiere del compromiso, cooperación y participación del sector privado, en especial de las entidades financieras y de los constructores y promotores de vivienda. ¿Por qué motivo? Porque es necesario compensar los mayores costos de la implementación de un proyecto de vivienda sostenible, con el diseño de productos que suponen menores costos financieros para el constructor o promotor del proyecto.
Figura 2. Hacia un ecosistema para la construcción de viviendas sostenibles

Bajo este contexto, las entidades financieras pueden captar recursos, tanto de la banca de desarrollo local como de fuentes especiales como la banca multilateral y del mercado de carbono, los cuales suponen un fondeo más económico que el tradicional. Por lo tanto, la financiación de vivienda sostenible es el resultado de la combinación de diversos incentivos, tanto de oferta (por ejemplo, líneas de crédito verde para el constructor), como de demanda (como las hipotecas verdes), los cuales se fundamentan en la definición de tasas de interés preferenciales.
A lo anterior pueden sumarse otros beneficios como los subsidios directos para hogares de bajos ingresos, y los incentivos tributarios y de urbanismo otorgados por el sector público, tanto del orden nacional como local. ¿Cuál es la diferencia, y en qué consiste cada uno de estos tipos de incentivos?
Incentivos tributarios: en general, se otorgan por el lado de la oferta y consisten en beneficios fiscales en la forma de reducciones o exenciones a cambio de que se lleven a cabo inversiones que mejoren el medio ambiente o que lleven a la adquisición de bienes que reduzcan emisiones de gases efecto invernadero.
Incentivos de tipo urbanístico: hacenreferencia a medidas enfocadas a promover la vivienda en altura, a aumentar la edificabilidad en los proyectos y a reducir los tiempos y costos en los trámites asociados a los permisos y licencias de construcción de los proyectos.
Objetivo final: reducción del déficit de vivienda en América Latina y el Caribe
Gracias a la aplicación de los incentivos descritos, entre otros, tanto los agentes públicos como privados y la sociedad en su conjunto pueden gozar de los beneficios que supone la construcción de vivienda sostenible.
Un país que incentiva la vivienda sostenible, optimiza el uso de sus recursos naturales y económicos. Por un lado, las entidades financieras respaldarán proyectos con mejores garantías, disminuyendo riesgos ambientales y financieros. Por el otro, los constructores y promotores comercializarán de manera más eficiente sus proyectos de vivienda. Finalmente, los hogares y la sociedad en su conjunto mejoran su calidad de vida y se benefician de una operación más económica en el largo plazo, de los activos inmobiliarios construidos bajo los principios de sostenibilidad; atendiendo así, de manera más eficaz el déficit habitacional.
El Grupo BID: líder apoyando los incentivos para atender el déficit habitacional
Si quieres conocer más sobre los retos del sector viviendaen ALC, y específicamente sobre el importante papel que juegan los incentivos, no puedes perderte la grabacion del panel Incentivos para la atención del déficit habitacional del Foro de Vivienda 2022 del Grupo BID, el cual tuvo lugar en Washington DC os días 29 y 30 de septiembre de 2022. Puedes acceder al video aquí:
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Construcciones Sostenibles. Donde se puede conseguir financiamiento para este Proyecto.
SALUDOS CORDIALES DESDE ZAPOTILLO ECUADOR
Ing. Freddy Rommel Cironel Alvarez
PROYECTOS DE ECONOMIA CIRCULAR