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La aviación quiteña alcanza nuevas alturas de sostenibilidad

En los últimos años, la sostenibilidad ha vivido un auge en la industria aeronáutica. En Quito, donde el tráfico aéreo requirió la construcción de un nuevo aeropuerto, las autoridades no sólo aumentaron la capacidad de tránsito, sino que pusieron el foco en las buenas prácticas sociales y medioambientales.

[caption id="attachment_5744" align="alignnone" width="745"]Aeropuerto Quito El nuevo Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre de Quito apuesta por la sostenibilidad[/caption]

Así, el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre se alió a los productores agrícolas de la zona para abastecerse de frutas y hortalizas locales. Además, se desarrolló un programa de manejo de residuos que cuenta con un centro de reciclaje llevado por las propias comunidades aledañas.

Gracias a estas medidas, el aeropuerto de Quito redujo su huella de carbono al tiempo que diversificó sus fuentes de ingresos. En una conversación reciente, Andrew O’Brian, director general y presidente ejecutivo de la gestora del aeropuerto, Corporación Quiport S.A., nos contó de su apuesta por las prácticas sostenibles.

¿Por qué querría un aeropuerto invertir en la sostenibilidad?

Los aeropuertos no pueden aislarse de su entorno. Al contrario, en los últimos años los aeropuertos se han convertido en polos de desarrollo, en centros en los que confluyen otras actividades complementarias o relacionadas al transporte aéreo.

En ese sentido el impacto sobre el entorno, tanto en las comunidades como en el ambiente, cobra mayor importancia. La sostenibilidad incluye conceptualmente y en la práctica la noción de permitir un desarrollo ordenado, que beneficie a todos y que redunde también en favor de nuestra actividad.

Hay una marcada tendencia en la industria aeronáutica a reducir el impacto negativo que tienen los aviones y aeropuertos en el medio ambiente y la sociedad. ¿Cómo se traduce eso en la práctica?

Es difícil tener una respuesta general a esta pregunta, pues cada aeropuerto desarrolla su actividad en medio de realidades diversas. Lo importante es identificar precisamente cuáles son las particularidades del entorno, así como los efectos negativos para mitigarlos y las oportunidades de generar impactos positivos, a fin de potenciarlos.

Sin embargo, hay algunos ámbitos en común que deberían observarse, como la medición y la reducción de la huella de carbono y el control de la calidad de descargas de aguas residuales. Esto en temas ambientales. En lo social hay clarísimas oportunidades para que los aeropuertos potencien las actividades productivas y de servicios, a la vez que son grandes generadores de empleo. En el caso del Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, contamos con 7.500 empleados entre todos los operadores y empresas que prestan servicios. De estos, 35% son personas que habitan en las comunidades cercanas al aeropuerto.

Aeropuerto Quito

¿Qué tendencias está viendo en América Latina y a nivel mundial en la materia?

La tendencia es clara. Cada vez existe una mayor conciencia sobre los impactos directos e indirectos que genera cualquier actividad o negocio, y por supuesto esto conduce a una mayor atención sobre temas de sostenibilidad. Nuestra actividad debe fundarse sobre bases sólidas: el desarrollo de la comunidad y la protección del ambiente. Hemos aprendido que ninguna actividad está aislada del medio circundante y que el beneficio de la comunidad se traduce en beneficios generales para todos.

¿Dónde están las principales oportunidades para que los aeropuertos fortalezcan su negocio al tiempo que generan un impacto positivo social y medioambiental?

Como explicaba, los aeropuertos ya no son simplemente terminales aéreas para embarcar y desembarcar personas y carga. Hoy los aeropuertos son nodos que concentran actividades productivas y de servicio directas. Identificar su nicho natural es tarea de cada aeropuerto. Lo importante es que en la actualidad estamos conscientes de nuestro rol en el engranaje productivo y estamos abiertos a trabajar con todos los actores involucrados, buscando las mejores oportunidades de desarrollo.

El Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre viene experimentando incrementos importantes en el número de pasajeros desde su apertura. ¿Cómo va a enfrentar el aeropuerto este incremento al tiempo que mantiene controlado su impacto ambiental?

Nuestra operación está proyectada hacia el futuro en un plan maestro que se actualiza cada cinco años. El plan maestro contiene todas las proyecciones de crecimiento de tráfico de pasajeros y carga y determina las necesidades de infraestructura y servicios para atender dicho crecimiento. Por supuesto, el documento contiene todas las medidas e inversiones en infraestructura necesarias para mantener una adecuada protección al ambiente.

Para construir el nuevo aeropuerto e incorporar la sostenibilidad en sus operaciones, Quiport se apoyó en el Grupo BID. ¿Cómo les ha ayudado esa alianza a la hora de maximizar sus retornos económicos, sociales y medioambientales?

El Grupo BID cuenta con un amplio recorrido y experiencia en este tipo de estrategias de desarrollo sostenible. Para nosotros ha sido una experiencia invaluable pues hemos aprendido a reconocer cuáles son nuestros potenciales.

La mejor demostración de ello es el trabajo conjunto para desarrollar un proyecto de valor compartido en el aeropuerto de Quito que permita beneficiar a las comunidades. Pero no solo se trata de manejar las herramientas metodológicas, sino además de contar con el aval de una institución con la seriedad y el prestigio del Grupo BID. Para nosotros la confianza es el mayor valor agregado.

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Autores

Lina M. Salazar Ortegón

Lina Salazar Ortegón es entrenadora de salud integral. Previamente trabajó en Comunicaciones de BID Invest. Antes de entrar al Grupo BID, Lina trabajó

Energy

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