Cómo Haití se está convirtiendo en un líder manufacturero de ropa
[caption id="attachment_872" align="alignleft" width="300"] ropa en Haiti[/caption]
La industria de vestimenta y textiles juega un rol determinante en la economía de Haití. En 2010, empleaba a 28.000 trabajadores y representaba el 80% de las exportaciones del país y 10% de su PIB, de acuerdo a un reporte de la Oficina de Investigación del Congreso Americano. El terremoto que sacudió a Haití en 2010 causó un daño considerable al sector, con costos de reconstrucción alrededor de US$38 millones. A pesar de la reconstrucción, la industria de vestimenta se ha concentrado en producción de baja gama y altos volúmenes, lo que se ha traducido en bajos salarios y malas condiciones de trabajo. El trágico incendio noviembre de 2012 en Bangladesh en el que murieron 112 trabajadores, llama la atención sobre la necesidad de cambiar el paradigma para la fabricación de prendas de vestir en el mundo en vías de desarrollo, y crear un modelo de negocio más justo en el que los empleados, los propietarios y los consumidores pueden se beneficien por igual.
Con curiosidad de ver qué ha alcanzado IRII en sus pocos meses de operación, planeé un viaje a Haití a comienzos de este año. Quería ver con mis propios ojos si este ambicioso esfuerzo había encontrado una manera de beneficiar a los trabajadores, al mismo tiempo que es comercialmente viable, con la esperanza de convertirse en un referente para la industria en Haití y el resto de la región. Oportunidades para la Mayoría (OMJ) ha desempeñado un papel importante en este esfuerzo y apoyó a IRII con un préstamo para renovar y equipar un compuesto industrial en el Parque Industrial de Sonapi cerca del aeropuerto de Port-au-Prince, donde se encuentra gran parte de la industria de la confección haitiana.
Inaugurado en septiembre de 2013, IRII ya ha contratado 88 operadores, 70% de los cuales son mujeres. En lugar de contratar de otros fabricantes de ropa, IRII seleccionó individuos sin experiencia previa en costura y los preparó con un entrenamiento intensivo de tres meses. Lo que más llama la atención es que para la mayoría de los empleados, este es su primer trabajo formal. El entrenamiento les enseña a trabajar en diferentes grupos de trabajo con diferentes funciones, siendo cada uno/a responsable de su propio control de calidad. El grupo de gestión de aproximadamente 15 personas consta de haitianos y varios filipinos que han trabajado durante muchos años en la industria textil del país. Encontrar gerentes bien preparados, sin embargo, sigue siendo un reto importante en Haití.
La fábrica incluye las siguientes características:
- Las luces se han instalado para proporcionar las condiciones óptimas en el área de trabajo.
- Grandes ventiladores colgando del techo alto en forma de V crean un ambiente espacioso y confortable.
- Los baños están a la par de las normas estadounidenses.
- Un comedor para los empleados proporciona un espacio para los descansos.
- Máquinas de coser de última tecnología pueden trazar patrones de tamaño natural a partir de archivos digitales enviados por los clientes potenciales.
- Una impresora digital –la piece de resistance importada por primera vez en Haití– puede imprimir patrones intrincados en las camisetas en cuestión de segundos.
El proceso de producción se ha diseñado para dar cabida a series más cortas, con cambios más frecuentes y múltiples SKUs (números de referencia) según lo exigido por el rápido ritmo de la industria de la moda. El primer cliente de IRII es una compañía de ropa americana e importante proveedor para el mercado de spiritware (mercancía que ha sido adornada con el logotipo o colores de un equipo deportivo o institución educativa). Habiendo perdido su proveedor en Pakistán unos meses antes de Navidad, la empresa estaba desesperada por encontrar un reemplazo, e IRII fue capaz de entregar las mercancías.
IRII ahora ha desarrollado algunos clientes en el campo de la moda ética para los cuales son importantes los aspectos sociales de su modelo de negocio. La lista de clientes potenciales aumenta cada mes. IRII parece ir por buen camino y está demostrando que la sostenibilidad económica y social no son incompatibles y que es posible romper paradigmas con visión y voluntad.
Publicado originalmente el 14 de mayo de 2014.
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