Hemos recopilado en una publicación la riqueza del saber de las comunidades beneficiarias de proyectos de agua potable que nos ayudarán en un futuro a mejorar la gestión comunitaria del agua en Ecuador.
*Por Maria Elena Acosta Maldonado y Marcello Basani
En Latinoamérica y el Caribe (LAC), la importancia de la organización comunitaria radica en la cercanía con las necesidades de la población, que construye, gestiona e implementa los servicios comunitarios. En Ecuador con una población actual de alrededor de 17 millones de personas, cohabitan 14 nacionalidades y 18 pueblos. Esta diversidad étnica y cultural del país da como resultado múltiples prácticas propias del territorio que develan los fundamentos del funcionamiento de los sistemas de agua y saneamiento a través de gestión comunitaria.
Esas prácticas están recogidas en la publicación “Prácticas y saberes en la gestión comunitaria del agua para consumo humano y saneamiento en las zonas rurales de Ecuador”, que se puede leer y descargar aquí.
Las prácticas y saberes comunitarios hacen referencia a conocimientos e innovaciones de comunidades indígenas, afros, montubias, campesinas mestizas, adquiridas a lo largo de los años, las mismas que conjugan la cultura y el ambiente como parte sustancial de la diversidad de identidades de las nacionalidades y pueblos. Estos saberes que han sido trasmitidos de generación a generación tienen significados y significantes que se combinan con el conocimiento técnico institucional, en una ecología de saberes vinculando las tecnologías, conocimientos propios y la dimensión espiritual.
Esa diversidad fuel nos motivó a realizar un estudio que por lo menos intentara recopilar esa riqueza de conocimiento que hemos encontrado a lo largo de nuestra experiencia realizando proyectos en Ecuador.
El objetivo de este estudio es identificar, describir y analizar prácticas y saberes en la gestión comunitaria del agua para consumo humano y saneamiento en zonas rurales del Ecuador para reconocer y valorar los conocimientos sobre la gestión de las fuentes de agua, el uso y el acceso, la relación con el territorio y las acciones colectivas.
A partir de 8 casos de estudio que consideran la diversidad étnico cultural y territorial se sitúan importantes hallazgos. Las experiencias analizadas permiten establecer al menos 4 prácticas –acciones colectivas, organización y gobernanza comunitaria, administración transparente, e innovación– que interrelacionadas constituyen la base de la gestión comunitaria del agua para consumo humano, estas interrelaciones devienen en características de gestión en los procesos que se basan en 4 principios –reciprocidad, transparencia, reinversión y servicio– que se mantienen a través del tiempo.
Sin desconocer los desafíos que enfrenan los procesos comunitarios, es importante resaltar que se caracterizan por la potencia socio-organizativa y democracia comunitaria; la administración y operación a cargo de la comunidad; y la definición consensuada de reglas para el funcionamiento, Esos procesos se combinan con elementos técnicos y prácticas propias en la construcción de infraestructura, el cuidado de fuentes naturales, la provisión de agua y toma de decisiones.
Permitiendo arribar a conclusiones sobre la gestión comunitaria del agua, la organización y gobernanza comunitaria, las relaciones estratégicas, la administración y operación del sistema, las relaciones de género, la infraestructura y calidad del agua, cuidado de las fuentes de agua, por tanto, la sostenibilidad del sistema que dejan ver importantes aprendizajes producto del estudio.
Por tanto, es necesario difundir y valorar las prácticas y saberes de la gestión comunitaria del agua como “modelo” alternativo de gestión que permite solucionar problemas y solventar necesidades en y desde las comunidades.
Para leer esta publicación, puede hacerlo en este enlace.
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