En tiempos de sequía, cada gota cuenta. Aunque las geografías sean diferentes, las ciudades del Mediterráneo y del centro de México enfrentan desafíos sorprendentemente similares: una creciente presión sobre los recursos hídricos, infraestructuras envejecidas y la urgente necesidad de mejorar la eficiencia en la gestión del agua potable.
Con esta premisa como punto de partida, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través de su alianza Fuente de Innovación, ha establecido una colaboración con el Institut Méditerranéen de l’Eau (IME), una red de organismos operadores de agua y saneamiento de países del Mediterráneo. Su objetivo es intercambiar conocimientos y estrategias que permitan enfrentar, desde lo local, una crisis de escala global.
La escasez hídrica exige respuestas inmediatas y sostenibles. En este contexto, la cooperación internacional se consolida como un instrumento fundamental para facilitar la transferencia de tecnologías y el fortalecimiento del capital humano que opera y mantiene diariamente los sistemas de agua. Estos esfuerzos son esenciales para transformar realidades que marquen comportamientos autosustentables y resilientes.
Una visita con propósito
Como parte de esta cooperación, dos especialistas del IME visitaron México entre el 25 de marzo y el 4 de abril, trabajando estrechamente con los equipos de Agua y Saneamiento de Toluca (AyST) y Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Tultitlán (APAST).
Durante varios días de trabajo técnico —tanto en campo como en gabinete—, se identificaron oportunidades concretas para reducir el agua no contabilizada (ANC), una de las principales causas de ineficiencia en los sistemas de distribución urbana.
La meta era clara: apoyar a los operadores en el diseño de acciones que les permitan hacer más con menos, adaptándose a contextos de una escasez hídrica cada vez mayor. Esta sinergia generó estrategias de alto impacto que, con recursos limitados, son capaces de mejorar el servicio y fortalecer la sostenibilidad de los sistemas de agua potable.



Un taller que cruzó fronteras
La visita culminó con dos jornadas de intercambio de experiencias, realizadas el 3 y 4 de abril en formato híbrido. El taller reunió a operadores de agua de Sabadell y Murcia (España), Larache y Kenitra (Marruecos), quienes compartieron casos reales y aprendizajes al enfrentar situaciones de estrés hídrico similares.
Por parte de México, participaron representantes de SEGIAGUA y la Secretaría del Agua del Estado de México, así como el personal operativo de AyST y APAST. Esta combinación de actores técnicos e instituciones permitió, no solo un valioso diálogo técnico, sino también reconocer el papel clave que desempeñan las instituciones en la consolidación de soluciones a escala local.
Más allá del fructífero intercambio de buenas prácticas, con los aportes provenientes de diversas perspectivas esta experiencia fortaleció una red de cooperación internacional que trasciende fronteras, para reorientar la gestión del agua hacia un enfoque más efectivo, duradero y responsable.
De la teoría a la implementación
Uno de los logros más trascendentes del intercambio fue la elaboración de planes de acción específicos para cada organismo operador. Estas hojas de ruta incluyen medidas concretas para reducir pérdidas, mejorar el control de presiones y fortalecer la gestión comercial y operativa.
Pero el trabajo no termina aquí. El acompañamiento técnico continuará mediante reuniones virtuales con los expertos del IME, quienes darán seguimiento al avance de las acciones implementadas y brindarán apoyo constante en su adaptación.
Este modelo de cooperación, que combina el intercambio de experiencias internacionales con un acompañamiento permanente, se consolida como una buena práctica para fortalecer las capacidades locales. El objetivo es transformar los sistemas desde adentro y enfrentar con mayor solidez los efectos persistentes de la crisis hídrica.
Más que una suma de conocimientos, este trabajo colaborativo impulsa el compromiso, el empoderamiento, y la generación de resultados concretos, medibles y sostenibles en el tiempo.
Conectar regiones, compartir soluciones
La experiencia demuestra que la cooperación internacional no tiene por qué ser abstracta ni distante. Cuando las personas adecuadas se conectan y abordan desafíos comunes, es posible desarrollar soluciones prácticas, adaptadas al contexto y con un impacto real.
La articulación entre distintos niveles —internacional, nacional y local— favorece el intercambio de conocimiento técnico y asegura que las soluciones respondan a necesidades reales y complejas. Cuando operadores, autoridades y especialistas se reúnen con un propósito común, surgen dinámicas más ágiles, participativas y sostenibles.
En el ámbito del agua, donde cada decisión incide directamente en la calidad de vida de las personas, el trabajo colaborativo fortalece políticas y acciones con mayor legitimidad social. No se trata solo de cumplir metas sobre el papel, sino de generar transformaciones tangibles que impulsen un desarrollo sostenido y equitativo. La experiencia demuestra que, al activar y fortalecer esta red de cooperación, las respuestas se vuelven más efectivas, más humanas y más duraderas.
Desde el BID impulsamos este tipo de alianzas que permiten que los aprendizajes viajen, que las experiencias se multipliquen y que las soluciones se construyan en comunidad. Porque en la gestión del agua, ningún esfuerzo sobra y toda colaboración suma.
Sobre FUENTE DE INNOVACIÓN:
Es una alianza estratégica del BID con socios externos para promover el desarrollo y la adopción de soluciones innovadoras en los sectores de agua, saneamiento y residuos sólidos, con el objetivo de lograr servicios inteligentes, inclusivos y sostenibles, y un enfoque en los proveedores de servicios en América Latina y el Caribe. Fuente de innovación recibe financiamiento del gobierno de Suiza (Secretaría de estado para asuntos económicos – SECO), la república de Corea (Ministerio del medio ambiente), el gobierno de España, a través de su ministerio de economía comercio y empresa (MINECO), el gobierno de Israel, a través de su ministerio de finanzas, la Fundación FEMSA y la Fundación Coca-Cola. La alianza también se beneficia de contribuciones directas de BID Lab y de la División de Agua y Saneamiento del BID. Además, mantiene una estrecha coordinación con el Aquafund, creado con capital del BID y al cual contribuye una amplia gama de socios de los sectores público y privado.
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