Las inversiones en agua potable y saneamiento están directamente relacionada con la mejora en la salud de las comunidades, en especial con la disminución de enfermedades gastrointestinales
La falta de agua potable y saneamiento está directamente relacionada con las enfermedades diarreicas, que causan la muerte de millones de personas cada año en América Latina y el Caribe.
Para garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento en América Latina y el Caribe, desde el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS), a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se han llevado a cabo diversos programas con un impacto positivo sobre la salud, el bienestar, la calidad de vida y la productividad de los ciudadanos de la región.
En Uruguay, se estima que unas 17.000 personas han mejorado su acceso al agua potable, con sistemas en pleno funcionamiento. El Programa de abastecimiento de agua potable a pequeñas comunidades rurales, implementado en escuelas, ha beneficiado a unos 6.435 alumnos, consiguiendo que la tasa de repetición escolar disminuya en 21%. También ha incidido en un aumento del 4% en el número de maestros que imparten clase en las escuelas rurales.
En los programas implementados en Bolivia a través del Fondo, se han realizado capacitaciones en educación sanitaria y medioambiental orientadas a un mejor uso de fuentes y a evitar tanto el consumo de agua contaminada como la disposición de excretas a cielo abierto. Así, se ha contribuido a prevenir las enfermedades diarreicas ocasionadas por parásitos y vectores. Un ejemplo para destacar en ese sentido es el Programa de Agua y Alcantarillado Periurbano Fase I, que ha favorecido la reducción de casos de diarrea en niños menores de cinco años en El Alto (Distrito 8) y Santa Cruz (Plan 3000).
En el caso específico del Programa de agua potable y saneamiento para pequeñas localidades y comunidades rurales de Bolivia, uno de los resultados importantes es la disminución de la prevalencia de diarrea en 10,4%, en niños de 6 a 17 años y en adultos varones de 18 a 49 años.

Los programas realizados por el Fondo en Paraguay han beneficiado a poblaciones históricamente marginadas, con tasas de mortalidad mayores al promedio. Se ha capacitado a comunidades vulnerables de la ruralidad e indígenas en cuestiones de salud e higiene, y se han promovido proyectos piloto de manejo de residuos sólidos en ocho localidades del ámbito rural.
En el marco del Programa de saneamiento y agua potable para el Chaco y ciudades intermedias de la región oriental, se han apoyado acciones de rápida ejecución para paliar los impactos sanitarios de la Covid-19. También se han organizado acciones para la recuperación económica, flexibilizando el análisis y la aprobación de solicitudes de ejecución de nuevas intervenciones, especialmente para el acceso a APS en comunidades indígenas.
En Costa Rica, a través de tres sistemas rurales financiados por el Fondo, se ha logrado que más de 26.500 personas dispongan de agua las 24 horas del día, sin tener que desplazarse largos trayectos. Además, para prevenir contagios de Covid-19 y otras enfermedades infecciosas, se ha realizado una campaña de promoción de las medidas de higiene estipuladas por el Ministerio de Salud, con videos animados, perifoneo, mensajes radiales y piezas para redes sociales. La campaña alcanzó gran difusión gracias a que estuvo a cargo de las Asociaciones Administradoras de los Sistemas de Acueductos y Alcantarillados (ASADAS).

Los proyectos financiados por el Fondo han contribuido a mejorar el acceso y la calidad de los servicios de agua potable y saneamiento en la región, promoviendo la salud pública, el progreso social de la ciudadanía, la igualdad de género y la adaptación al cambio climático.
Para saber más del Fondo español de cooperación en agua y saneamiento y el trabajo del BID en agua y saneamiento en América Latina y el Caribe, visite este enlace.
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