(yo) empatizo, (tú) empatizas, (él) empatiza, (nosotros) empatizamos, (vosotros)
empatizáis, (ellos) empatizan

Es poco probable que en el colegio nos enseñaron a conjugar este verbo, pero sí aprendimos de chicos eso de “no hacerle al otro lo que no quieres que te hagan a ti”. La empatía es eso y algo más. Es un ejercicio de ponerse en los zapatos de otra persona, de entender sus sentimientos, su manera de ver las cosas y usar ese entendimiento para guiar nuestras acciones. Empatía es un valor fundamental para mejorar nuestras vidas, familias y comunidades.
La empatía es un término que encontramos prácticamente todos los días en las noticias. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, más de una vez habló del déficit de empatía que (de resolverse) contribuiría decisivamente a solucionar los grandes problemas económicos, políticos y sociales del mundo. Y es que destacados académicos han demostrado que la naturaleza humana no está determinada por el egoísmo o intereses puramente personales. La evidencia muestra que los seres humanos nacemos con un gran potencial para la empatía, la colaboración social y la ayuda mutua. Hay varios estudios recientes y experimentos sociales para destacar. No se pierdan a Roman Krznaric – autor, filósofo y fundador del Museo de la Empatia en Londres (Empathy Museum)- quien ha recolectado fascinantes historias que demuestran el fenómeno universal de la empatía. Y si buscan una referencia científica que corrobora la existencia de innumerables cables empáticos en el cerebro humano, vean el trabajo de Marco Iacoboni en la University of California de Los Angeles.
Tal vez lo más interesante y esperanzador es que todos tenemos la capacidad de expandir nuestra empatía. Se requiere un poco de coraje y buena voluntad, porque es necesario “incomodarse” para realmente entender al otro. ¿Un ejemplo muy inspirador? Recordemos a Sudáfrica donde la empatía de su líder se transformó en la bandera unificadora del país. Después de 27 largos años de presidio, Nelson Mandela se acercó a cada uno de sus enemigos, incluyendo a la persona que quiso condenarlo a muerte. La dignidad con la que vistió el springbok – uniforme del rugby, símbolo de la supremacía blanca durante el Apartheid- durante la final del mundial en 1995 , es un gran ejemplo de liberación, empatía, perdón y fe en el ser humano.
¿Pero dónde y cómo desarrollar y practicar nuestro potencial empático? Los invito a visitar enotroszapatos.org, una herramienta de empatía creada por Laboratorio de Ideas del BID. #EnOtrosZapatos es una experiencia virtual que permite conocer la vida de cinco personas que pertenecen a diferentes colectivos de nuestra Región (LGBT, indígenas, inmigrantes, discapacitados y afrodescendientes). Un grupo de colegas creativos -e inspirados por una gran gerente- ha creado esta experiencia entretenida y relevante porque permite a cada usuario escoger diferentes destinos y así desarrollar al máximo su potencial empático. Este grupo ha realizado un exhaustivo trabajo de campo recogiendo historias reales en Chile, Colombia y Argentina. Ha recibido apoyo de expertos y ha utilizado datos estadísticos reales que ayudan a entender con mayor profundidad cada situación particular. En el BID hemos recibido más de 2,000 comentarios de los más diversos usuarios que nos llenan de optimismo y alegría.
Los invito a jugar, a experimentar y celebrar nuestra naturaleza empática. Mantengamos nuestra mente y corazón abiertos a lo que nos parece diferente, desafiemos nuestros prejuicios, pongámonos en los zapatos de los demás y descubramos juntos cuánto tenemos en común. Visita: enotroszapatos.org
Estimada Adela
Me siento muy feliz de leer tu artículo, quiero compartir algo que aprendí en un taller para educación de niños para la nueva humanidad, este fin de semana con NOEMI PAYMAL, FUDADORA Y PRESIDENTA DE PEDAGOOOGIA 3000, educación para el nuevo milenio. Los niños que hoy nacen y que lamentablemente son calificados de diferentes síndromes por ser diferentes, como autistas, asperger, hiperactivos, síndrome de deficiencia de atención, etc. no son sino niños más evolucionados que los maestros o mejor dicho el sistema educativo no está preparado para educarlos. Cuando se les llega a conocer y a comprender, descubrimos que son niños brillantes con un cerebro incluso más despierto y con habilidades que hasta ahora no conocíamos, son hipersensibles, son amantes del silencio, no les gusta recibir órdenes pero si obedecen cuando con amor se les explica los motivos, son sensibles a los sonidos agudos y muy empáticos con sus compañeros. Gustan servir y aliviar los dolores ajenos y tienen una inteligencia fuera de lo normal.
Estamos a destiempo para atender la gran cantidad de niños que hoy están desorientados y desperdiciados en una educación convencional. Rogamos que muchos maestros se preparen para orientar con amor a estos maravillosos que traen grandes enseñanzas a nuestra desunida e inmadura sociedad. Escritos como los tuyos son una luz que debe alumbrar a muchos.
Un abrazo de luz,
Dalila
Disfruta escritos en Fb Dalila Saric y fotos en Fb Dalila Saric Pardo, Fotógrafo
Fantastico articulo, Adela, y te felicito por hacer esta conexion tan clara. La inspiracion es que se puede desarrollar la empatia igual que los musculos. He compartido en mi Facebook y LinkedIn. Heidi
Maravillosa Inicativa! muchas gracias y felicitaciones
Gracias Dalila, Heidi y Paula por la hermosa energía y por sumarse a esta iniciativa. Estamos seguros que la plataforma #EnOtrosZapatos se seguirá nutriendo de historias humanas que nos permitirán entender mejor otras realidades. Sus comentarios nos llenan de optimismo. Reciban un cálido abrazo. Adela