Bien sabemos lo importante que es la medición de las habilidades físicas, cognitivas y socioemocionales de un niño para contar con información relevante para las políticas públicas. Sin embargo, ¿cómo medir estas habilidades? Dada la complejidad e importancia de la pregunta, este post, el número cuatro de la serie “Midiendo el desarrollo infantil temprano”, revisa algunos consensos y propuestas.
Recientemente publicamos dos artículos sobre qué indicador elegir cuando se quiere medir el desarrollo infantil, para qué usar estos instrumentos y cómo hacerlo en la práctica. La autora, Paula Bedregal, concluía que era necesario tener “una mirada crítica frente al gran número de instrumentos de valoración del desarrollo con el objetivo de favorecer la calidad en las mediciones”. Por su parte, Claudia Cappa, publicó también dentro de esta serie de artículos un post muy interesante sobre las Encuestas de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS, por sus siglas en inglés) de UNICEF.
Está claro que muchas organizaciones e individuos están trabajando en el tema. De hecho, en uno de los capítulos de un libro publicado recientemente, se resume un panel del primer taller del Foro sobre la Inversión en la Infancia en el Mundo . En Abril de 2014 se llevó a cabo en Washington D.C. la primera reunión de este Foro cuyo tema fue: “El costo que tiene la falta de acción para la infancia en el mundo”. Este taller fue organizado por La Junta sobre Niños, Jóvenes y Familias del Instituto de Medicina (IOM) y el Consejo de Investigación Nacional (NRC), en colaboración con el Consejo Mundial de Salud del Instituto de Medicina (IOM). En este taller se presentaron las diversas iniciativas existentes en el tema de indicadores de desarrollo infantil.
El consenso
Todos los panelistas acordaron que es necesario:
- establecer un marco uniforme en la medición para comprender cuál es el nivel de bienestar de los niños pequeños y, por lo tanto, determinar los servicios necesarios para promover su desarrollo.
- evaluar holísticamente el desarrollo infantil, particularmente en los primeros tres años del niño que es donde los vacíos son mayores.
Asimismo, los indicadores deberían ser:
- universalmente significativos
- confiables, relevantes, y técnicamente sólidos (con pruebas de campo y validación que los sustenten)
- fáciles de administrar
- capaces de demostrar cambio
- en un formato fácil de comprender
Tarun Dua, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló, muy acertadamente, que actualmente se utiliza una serie de indicadores que miden diferentes dominios del desarrollo infantil, tales como son la mortalidad, salud y nutrición. Y si bien existen otros indicadores de desarrollo más focalizados en aspectos cognitivos, de lenguaje y socio-emocional, éstos no son comparables entre países.
Las tres propuestas:
1. Patricia Kariger (Universidad de California, Berkeley) se destacó por su propuesta innovadora de crear un único repositorio en línea donde se almacenarían los indicadores existentes, con sus manuales respectivos. Las organizaciones internacionales y la academia deberían llegar a un consenso sobre cuales indicadores almacenar allí.
2. Abbie Raikes (UNESCO) propuso identificar un conjunto común de ítems que son comunes en las culturas y regiones para reportar el avance en el aprendizaje y el desarrollo infantil. La ventaja de las medidas existentes a nivel nacional es que se recolectan con frecuencia y están adaptadas al entorno local, sin embargo no contienen todas los mismos ítems para poder realizar una comparación a nivel global.
3. Se propuso una metodología bien diferente, la del enfoque de derechos. Ziba Vaghri (OMS) contó que en el 2000, tras más de una década del hito de la Convención sobre los Derechos del Niño (CRC Convention on the Rights of the Child), se observó que la mayoría de los informes gubernamentales estaban diseñados para niños de mayor edad, y solo se centraba en un número determinado de indicadores de salud. En respuesta a ello, en 2007 se lanza ECRI (por sus siglas en inglés Early Childhood Rights Indicators), o Indicadores de Derechos en la Primera Infancia, una herramienta que monitorea los derechos de niños pequeños mediante el uso de 17 indicadores.
Por otra parte, también hay varias iniciativas regionales existentes: el Proyecto Regional de Indicadores de Desarrollo Infantil (PRIDI) del Banco Interamericano de Desarrollo, el Instrumento de Desarrollo Temprano (EDI) de la Universidad de McMaster; y las Escalas de desarrollo Infantil del Este de Asia y Pacifico de la Universidad de Hong Kong.
Me gustaría concluir argumentando que, a pesar de que el trabajo existente proporciona una sólida base para la medición consistente y confiable del desarrollo de los niños pequeños, es urgente ahora coordinar y colaborar para utilizar los datos existentes y desarrollar nuevos enfoques o indicadores, según sea la necesidad de un país o región.
¿Sabes cómo se mide el desarrollo de los niños de tu país? ¿Con qué indicadores? ¿Qué opinas de este debate? ¿Te parecen adecuadas las ideas vertidas en el foro? No dudes en participar en este debate dejando un comentario en nuestro blog o a través de twitter.
Este artículo pertenece a la serie MIDIENDO EL DESARROLLO INFANTIL TEMPRANO EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO
- 3 indicadores estratégicos para medir el desarrollo infantil temprano
- ¿Sabemos cómo medir bien el desarrollo de los niños?
- 6 preguntas que debes hacerte antes de medir el desarrollo infantil
- 3 propuestas para medir el desarrollo infantil
Nydia dice
Los niños son otra de las poblaciones vulnerables y abandonadas. Se deben implementar todas las estrategias para medir el desarrollo infantil temprano, pero es importante el seguimiento que se realice a dichas estrategias. No es suficiente que se le brinde atención hasta los seis años, ya que después de esta edad los niños/as quedan desprotegidos/as. Es importante que estas estrategias se realicen a las madres gestantes también ellas están desprotegidas.
No soy profesional de la salud, pero pienso que el desarrollo infantil empieza en el vientre de la madre. Muchas en el embarazo presentan desnutrición, pero no se le presta atención en este tema porque no se relaciona la salud, con la alimentación.
Se necesita medir indicadores a nivel de país y región, porque hay regiones donde no hay agua potable, alimentación adecuada, vivienda digna,etc. También hay menores de edad que en las instituciones educativas o en los centros infantiles reciben alimentación y cuando llegan a la casa no tienen. Por otra parte, la violencia intrafamiliar es otro factor determinante que influye en el desarrollo infantil.
Todas las propuestas son bienvenidas y están muy bien, para medir el desarrollo infantil es necesario mirar el entorno.
En los países se deben articular los diferentes programas que ha implementado el Estado a favor de los menores de edad, Colombia tiene MAS Familias en Acción, DE CERO A SIEMPRE y para complementar atención integral a la familia la RED UNIDOS, pero se necesita la voluntad política.
Maria Teresa Moreno Zavaleta dice
Medir el desarrollo del niño, implica conocer sobre el desarrollo infantil, sobre lo que vamos a observar en el niño y en su interacción con su entorno, también conocer cómo y qué preguntar a los padres. Asimismo, implica evaluar el desarrollo del niño en su vida cotidiana en su contexto con su familia, con las personas que interactúa con los objetos o materiales con que cuenta. Si bien podemos diseñar una evaluación con instrumentos estructurados y validados internacionalmente, debemos priorizar siempre el interés superior del niño, más allá del instrumento, lo más importante es respetar al niño o niña, identificar sus necesidades e intereses.
Podemos diseñar evaluaciones para conocer cómo se están desarrollando los niños o para conocer los impactos de un programa en ellos, pero lo más importante no es la evaluación en si misma sino que además es importante saber cómo usaremos la información, como devolvemos la información a los padres, como promovemos que ellos se puedan dar un tiempo para observar a su hijo y autoevaluar sus prácticas cómo ellos puede mejorar y cómo podemos hacer para mejorar la calidad de la oferta de servicios públicos y privados.
Comparto el aporte de Nydia, el desarrollo infantil empieza desde la etapa prenatal, son nueve meses de espera, todo lo que sucede a la gestante el niño lo recibe, todas sus prácticas también, pero no es tarea solo de la madre, también hay una responsabilidad compartida del padre y los otros miembros de la familia.
La articulación de los programas entre los diferentes sectores es necesario se requiere voluntad de todos los actores involucrados para llegar a acuerdos y asumir compromisos.
Los presupuestos también son necesarios, hay una gran responsabilidad de quienes lo gestionan, que se aseguren de su correcto uso, más dinero no siempre implica mejores resultados, les invito a leer este articulo: http://iom.nationalacademies.org/~/media/Files/Activity%20Files/Children/iYCG/WIB/Financing%20Investments%20in%20Young%20Children%20Globally%20-%20Spanish.pdf?la=en